[road to apocalipsis] venezuela

Me siento al lado de Léa. Cruzo el brazo por encima de sus hombros, abrazándola. Tomo una tostada al igual que ella. Le doy una mirada y luego comienzo a pensar.

-Oye… Creo que luego de desayunar deberías ir a ver a Uriel… Así más tarde nos marchamos a donde iban a ir…- le digo sonriendo un poco.

De pronto se escucha un suave golpe en la puerta, alguien está tocando.

-Ummm… ¿Quién será?...- pienso en voz alta -Iré a ver quién es…- le digo mientras me paro de la cama, dirigiéndome hacia la puerta.

Le dio otra pequeña mordida a la tostada mientras se inclinaba hacia un lado de la cama, en un afán de ver a la persona que tocaba la puerta una vez que David la abriera.

Sonrió mientras este se dirigía a la puerta. Su siguiente destino, España... pensó en las nuevas y desconocidas habilidades que podría adquirir si no se topaba con otros cono David por allí...

David. Se mordió el labio con suavidad, mirándole de reojo. La pregunta giraba en su cabeza una y otra vez. ¿Por qué? ¿Por qué no podía tomar su habilidad? ¿Qué le hacía distinto? Frunció el ceño, justo cuando David abrió la puerta...

Abro lentamente la puerta para ver quién está del otro lado.

-Martin... ¿Qué haces aquí?...- le digo mientras veo que su mirada está fija más allá de mi, concentrada en algo o alguien dentro de la habitación -Olvidé decirte que estaba Léa...- le digo en voz baja.
-No... No te preocupes, lamento molestarlos, ya me voy, nos vemos más tarde...- dice nervioso y se marcha rápidamente de allí.

Ya no hay dudas para mi de que Martin está celoso de que Léa haya pasado la noche conmigo, de que me haya preferido a mi y no a él. Cierro la puerta mientras veo que se aleja caminando por el pasillo. Regreso a la cama y me siento al lado de Léa otra vez.

-¿Quieres que te de un masaje?- le digo sonriente.

Mientras tanto en su habitación Uriel abre los ojos para notar que Léa no se encuentra allí, de hecho nunca estuvo allí, no estuvo cuidándolo.

-Maldito David...- dice el niño gruñiendo violentamente, con el ceño fruncido mientras golpea la cama -Ella no estuvo conmigo, ella... ella se fue con él...-

La mirada del niño detona una ira incontenible, pareciera que va a estallar. Suspira lentamente sin intento de calmarse.

El mobil de Santiago comenzo a sonar cuando atienda escuchara la voz de Fede
"Santi algo pasa... te tengo enfrente mio... muerto... acabas de morir ante mis ojos... ven lo mas rapido que puedas"
En caso ed que no atiendas dejo el mensaje

Siento el vibrar del celular en el bolsillo, ¿no lo había apagado? No me importa en realidad, seguramente fuera alguien molesto, alguno de aquellos que fueron mis amigos alguna vez.

"¿Y si es Luna o Alex?..."

No lo dudo ni por un segundo y tomo el móvil. Miro el remitente, es Federico. Decido no contestarle por más insistencia que haga. En un determinado momento corta, sin embargo puedo notar que tengo un mensaje de voz. ¿Será acaso tan importante el motivo por el cual me llama? Consulto el buzón de mensajes de voz y escucho las palabras de Fede. De pronto siento un frío helado recorrer todo mi cuerpo...

"Muerto..."

Sin dudarlo ni por un segundo me desvanezco en el aire, sin darle ninguna explicación a nadie, ni siquiera a Léa; para reaparecer en aquella casa de la que había partido una vez, donde me reciben más personas de las que esperaba...

Off: Continúo en Casa Alquilada (Tarragona) On:

Justo cuando todo parecía ir de maravillas... David desapareció. Léa, que se había apoyado contra el pecho de este, cayó pesadamente sobre la cama, ahora vacía.

- ¿Qué...? – Logró balbucear, sorprendida y sin saber muy bien como reaccionar. Espero unos segundos...

...pero él no volvió a aparecer. Léa apretó los labios con fuerza, molesta. Sin preocuparse por su desnudes se puso de pie, ingresando rápidamente donde se dio una ducha corta. Una vez esta concluyó se preocupó de secar su cabello y vestirse (con la única ropa que poseía) con parsimonia y, sin embargo, una vez lista no había ni rastro de David.

- Una lástima, era interesante. – Suspiró, saliendo de la habitación para dirigirse a la de Martin y tocar suavemente la puerta con los nudillos.

Martin abre lentamente la puerta para ver la figura de Léa allí parada. Dando un leve suspiro se dispone a hablarle.

-¿Qué sucede?- dice con la voz casi inaudible.

Uriel sale de su habitación y se acerca para interrumpir entonces la "charla" que aparentemente estaban teniendo Martin y Léa.

-¿Por qué no te quedaste cuidándome? Me traicionaste, tú no me quieres, tú lo quieres a él, solo te importa David ¡¡¡Tú me odias!!!- grita enfurecido mientras un leve "campo de fuerza" comienza a formarse a su alrededor, como poniéndose a la defensiva.

Solo había abierto la boca para dirigirse a Martin cuando Uriel apareció gritando del otro lado del pasillo. Suspiró levemente exasperada.

- David se ha marchado. – Dijo dirigiéndose a Martin, pero con clara intención de que Uriel también le escuchara. – No se a donde ni por qué. Y lamento mucho tener que marcharme sin él, pero no le esperaré. Adiós. – Se giró hacia Uriel, con el ceño levemente fruncido. – Y tú, si quieres dejar tu berrinche de una vez vendrás conmigo a Barcelona, ahora. – Alzó el rostro, agitando levemente la melena con expresión altiva y los labios fruncidos y se marchó, perdiéndose al doblar un pasillo. Le había perdido el rastro a alguien con una habilidad fascinante, no podía menos que estar molesta.

Martin sale de la habitación en un intento de detener a Léa, por algún motivo siente que debe hacerlo.

-Espera... No creo que David te abandonara así como así...-

Y no lo había hecho, aparezco frente a ella obligándola a detenerse. Ella no me reconoce, al menos no por mi apariencia ya cambiada bajo los efectos de la inestabilidad de mi poder. Tomo su mano desvaneciendome junto con ella, dejando solos a Martin y Uriel, los dos llenos de ira y cólera, llenos de celos atroces.

Off: Continuamos en Casa de Ron, en España, ahora si puedes copiar mi habilidad ^^ On: