[road to apocalipsis] venezuela

Lore escribió:Sonrió con burla ante la actitud desafiante del pequeño niño. Ladeó la cabeza, evidentemente divertida por a situación.

- Vine aquí porque me pagan bien. – Respondió con una sonrisa de medio lado. - ¿Y tú, niño? -

-¿Pagarte?-

El pequeño niño comenzo a morderse las uñas, parecia como si estuviera pensando, reflexionando las respuestas de Lea. Pero en realidad el niño buscaba en su interior la verdadera razon por la que estaba ahí. Nunca se habñia detenido a pensar como habia llegado hasta ese lugar, tenia recuerdos vagos sobre un orfanato y 4 amigos suyos, pero sus visiones internas eran un poco borrosas ¿A que se debia aquello?.

El chiky mando su cabeza al presente, recordando las ultimas palabras de la palida joven locutora. "¿Y tú, niño?", había preguntado. Sin saber como era su pasado, el pequeño se había plantado en que él, era especial, diferente. Observo a Lea en un tambaleo de piernas, parecia como si se ubiera despegado del mundo material. Sus ojos, su piel palida como la cal.

El pequeño se acerco a Lea y toco su brazo desnudo, su piel no era nada diferente a la de él, suave, palida. El chiky voltio hacia los ojos de la chica y dio un ligero paso hacia atras.

-Me llamo Uriel-

El chico observo a la otra, con boca abierta y sin dejar de parpadear ni un momento. Parecia que Uriel había bajado la guardia, pero con aquel pequeño, nunca se sabia que esperar.

Abrió la boca y los ojos, visiblemente sorprendida ante el contacto del niño. Toda superioridad parecía olvidada en algún rincón de su cabeza.

- Eres... ¿uno de nosotros? – Frunció el ceño con confusión. - ¿Tú? ¿Un niño? ¿eres un dotado? ¿Uriel? -

[adrian vio salir a claudio semi desnudo y gritando estupideces]

-tio acabo de salir de ahi y te juro que no habia nadie... anda vistete y nos vamos

[claudio entro a cambiarse y el espejo ya no estaba escrito... todo eso era muy extraño. termino de vestirse mientras adrian hablaba un poco con hikari. una vez terminado de vestirse salio y los 3 salieron en direccion al bar]

OFF: continuamos en "la noche mas oscura"

Lore escribió:Abrió la boca y los ojos, visiblemente sorprendida ante el contacto del niño. Toda superioridad parecía olvidada en algún rincón de su cabeza.

- Eres... ¿uno de nosotros? – Frunció el ceño con confusión. - ¿Tú? ¿Un niño? ¿eres un dotado? ¿Uriel? -

Uriel ponía cara de confusion masiva, no entendia nada de lo que la chica estaba diciendo ¿Acaso derrepente, aquella mujer le conocia?. Entonces repitió en su mente la palabra clave. "Dotado". Un centelleante "flash" aparecio en sus ojos, su mente viajo al pasado y sus recuerdos pasaron como una simple pelicula proyectandose.
4 amigos suyos, un orfanato en España (Barcelona), un sujeto que dio su vida por salvarlos... y algo que aun no tenia claro. "Una poderosa arma". Era los susurros que se escuchaban cada que la pelicula, cambiaba de panorama. El pequeño chiky calló al suelo de rodillas.

-Yo... vivia en... un orfanato.... conocia a 4 mas como nosotros. Mi poder, Julian lo bautizo como "Escudo espejo"... pero. No se que es eso-

El pequeño admiraba sus manos, por fin encontraba el porque de su sentimiento, por fin aquella chica que tanto le había interesado, le habría revelado el secreto. Uriel tenia una habilidad... pero entonces aquella hermosa mujer. ¿Tambien tenia una habilidad?. Uriel se levantó de inmediato, sus facciones volvieron a ser las duras y adopto la postura de defensa.

-Tú... cual es tu nombre... y tu... ¿poder?-

Con la ultima palabra, vaya que titubeo, tanto que parecia que estaba congelado.

Mientras tanto, la noche caminaba y la oscuridad estaba cada vez mas espesa... al lado del callejon, un gran bar se encontraba. Sujetos peligrosos, eso era lo obvio que aquel bar albergaba.

Observó al niño con los ojos muy abiertos, sin mover un solo músculo. Parecía demasiado sorprendida. ¿Él era un dotado? ¿Un niño? Era... solo un niño.

- Mi nombre es Léa. – Contestó con voz extraña, diferente a la desprovista de interés que solía usar. – Y lo mío es difícil de explicar. – Giró los ojos, mirando alrededor. - ¿Estas solo, niñ... Uriel? -

Noto el rompimiento de la barrera que tanto se notaba en el rostro de aquella chica. Uriel sonrio de medio lado por lo pasado, y entonces le guíño un ojo.

-Claro chiquita.. estoy solo-

Dijo con un tono de voz tipico de el, mas grueso para la edad, aquello no causo la menor gracias asi que, rojo como un tomate, el pequeño se limito a contestar:

-Lastima, no puedo saber bien como llegue aquí, lo unico que recuerdo son "pasajes", "fragmentos" de mi pasado. Recuerdo a cuatro amigos mios, nos llamabamos hermanos... y un orfanato en España, un sujeto con unas gafaa... es realmente hermoso y por ultimo... no acabo de escuchar esas palabras en mi cabeza. "Super arma"... eso es lo que dice una voz gruesa, pero no lo reconozco-

El pequeño Uriel caminaba de un lado a otro, mientras hablaba se notaba histerico... tomo una piedra que estaba en el suelo y la lanzo a un gato que usmeaba por ahí cerca.

-Pero tu... que hace una persona tan hermosa como tu en un lugar como este-

Dice entendiendo los brazos, señalando el callejon oscuro y mugriento.. le pequeño se preguntaba porque había ido al callejon.

Mientras tanto, el sonido de unas cuantas motos se escuchaba en el exterior. Cinco "Choppers" habían llegado al bar, al abrir la puerta unas rizotas estallaron, rompiendo el sereno del ambiente.

Observó al niño con atención, sorprendiéndose con sus cambios repentinos. Sonrió internamente cuando comprendió que estaba solo.

- “Así que puedo llevármelo...” – pensó, sonriéndole con levedad al niño. – Estoy aquí porque me pagan bien, te lo he dicho ya. Pero tú... tú estas solo. – Se mordió con suavidad el labio inferior, echando una mirada alrededor. Luego volvió a mirarlo, inclinándose para quedar a su altura. - ¿No te gustaría venir conmigo, Uriel? -

-¿Que?!!!- El pequeño chiky abrió aun mas los ojos.. casi se le salian de las orbitas. Irse con ella... impresionante ídea. Despues de todo a el no le importaba mucho buscar a sus "hermanos". Uriel es un alma llena de aventuras... de un caracter muy identico a el de Lea.

En ese momento... los 5 choppers que habían llegado en motos entraron al callejon. Dos de ellos estaban vomitando y los otros tres se burlaban de sus compañeros. Uriel alzo los brazos para tocar la mejilla de Lea. Ansiaba sentir esa piel tan identica a la suya. Cuando sus dedos estaban a escasos centimetros, el mas grande de los sujetos solto una carcajada, interrumpiendo al pequeño niño.

El sujeto estaba ya muy cerca de la peculiar pareja.

-Lindo trasero- Dijo con el tono mas desesperante del mundo (Los odio ¬¬" xD).

El pequeño cerro el puño y le encaro.. parecia que al chiky no le importaba el tamaño.

-Cierra el hocico... hijo de perra-

Los dos que estaba concientes comenzaron a reir... los vomitantes xD seguían en lo suyo. El feroz mayor saco una cadena y lanzo un latigazo a el pequeño, quien lo soporto y solo movio su rostro hacia otro lado.. producto del golpe.

-Chiquillo de mierda... largate de aqui-

El chiky voltio su rostro a su oponente, su labio derecho comenzaba a sangrar.

-Tendras que hacer algo mejor... ya estoy acostumbrado-

El niño estaba rogando que el otro sacara una pistola.. quiera asesinarlo con todas sus ganas. El mayor volvio a dar latigazos.. el pequeño trato de soportarlos todos... uno... dos... y la cuenta seguía elevandose... mas aun asi Uriel no emitia ni un solo gemido.

Miró a los motoqueros con el fastidio pintado en el rostro, y sin embargo su cara se contorsionó en una mueca iracunda cuando golpearon la cara de Uriel.

- Tú... tú... – Murmuró, tratando de controlar su respiración. - ¿Cómo...? ¡Hijo de puta! – Rugió literalmente, pues su cuerpo vibró como un diapasón segundos antes de que cayera en cuatro patas, siendo ahora un felino de tamaño considerable, dientes afilados y cuerpo dorado con rayas negras. Gruñó, abalanzándose sobre el hombre más cercano. De un certero zarpazo hizo caer al hombre a un lado, con la columna destrozada resultando evidente por el ángulo antinatural en que se curvaba su torso.

Gruñó, mutando una vez mas para volver a ser la chica menuda, pálida y bajita (y ahora desnuda, pues había destrozando su ropa con el anterior cambio de forma), que acuclillada en el suelo les gruñó a los hombres restantes.

Uriel observo todo aquello con cara de WTF? OMG!!!!.

Una salpicada de sangre fue lanzada en su rostro ahora amoreteado por los golpes... aunque aquello no le molestaba mucho. Miro al sujeto desmembrado en el suelo... aquello era antinatural. Sus ojos seguian abiertos como lupas y su boca estaba igual. Voltio hacia atras tornando su cabeza y mirando a la chica que estaba en una posicion, la cual le hacia verse realmente bella.

-Vaya, Léa... eso fue ALUCINANTE!!-

Dijo el pequeño con moviendo sus brazos de arriba a abajo... aquello tenia la tipica chispa de impresion y euforia... tipica de Uriel. El chiky se apresuro a estar al lado de la ahora desnuda chica. Su piel era tan blanca que le daba el aspecto de muerta en vida. El chico rodeo el poco cuerpo de Léa con sus delgados y largos brazos, no muy tipicos de su edad. Tuvo cuidado de proteger las partes que obviamente no deseaban ser vistas. Uriel no quería que esos delante de ellos le miraran sus pechos. XDDDDDD

Los otros estaban con la boca abierta... tres de ellos hecharon a correr a sus motos, muertos de miedo y panico... tanto que no podían emitir sonido. El ultimo tomo una pistola y les apunto. La chispa centelleó los ojos del pequeño.

-Malditos malnacidos... fenomenos.. van a morir-

El sujeto tiro del gatillo y Uriel puso su mano en forma del tipico "alto". Una esfera de color azul, rodeo a la pareja y al recibir el impacto solto unas chispas que regresaron el disparo a el sujeto. La bala se desvio al ser redirigida y traspaso su craneo. Aquello era demente.

Uriel volvio a los tipico de Euforia e impresion y abrazo como pudo a Léa.

-Porsupuesto que me voy contigo...estas cosas no me las pierdo por nada...- tomo un poco de aire -Tenemos que conseguirte ropa- Hizo una mueca, su color rojo no se hizo esperar en su "especial" piel.

Observó con los ojos muy abiertos la muestra de habilidad de Uriel. Era... simplemente fantástico. Giró su rostro hacia Uriel, aun con los ojos bastante abiertos pero con un brillo de euforia en ellos. Estiró los brazos, deslizando con suavidad la yema de sus por las mejillas amoratadas de Uriel. Haciendo uso de la ya debilitada habilidad que había tomado de la enfermera el día anterior, curó su piel, dejándola exactamente como antes de ser golpeada.

- Vendrás conmigo. – Aseguró con convicción. – Y ahora espérame aquí ¿Vale? – Le guiñó un ojo. – Ahora vengo. – Antes de que Uriel pudiera contestar había adoptado la forma de un enorme perro de pelaje profundamente negro. Se alejó por el callejón, en dirección a una calle concurrida y bien iluminada...

...un par de minutos mas tarde regresó, vestida con una camiseta que era tan grande que dejaba al descubierto uno de sus hombros, una falda verde hasta las rodillas y unas zapatillas verdes.

- Vamos, Uriel. - Sonrió, extendiéndole la mano.

Rol off: Lo siento Lore, pero no encuentro manera de entrar a "La noche mas oscura".. es :S muy complicado, porfavor ayudame un poquito Rol on:

Uriel tomo la mano a la chica. Sus ojos se postraron en los de la otra. El chiky aun no podía creer el hecho de que aquella persona tan especial estuviera a su lado.

-¿Y... a donde iremos, Léa?-

Pregunto mientras apretaba la mano de su acompañante, estaba anonadado de por su compañera.

[He tomado una dedición Kota, Sanju. Si me pillan por msn, les cuento ;P]

Dudó un segundo, mirando a su alrededor. Se mordió el labio con suavidad, pensando en que hacer. ¿Seguir a Adrian y a su grupo? Mirándolo ahora le parecía una opción desagradable pues, a pesar de las habilidades que podría conseguir, ya estaba harta de ir a la siga del grupo. Ella estaba acostumbrada a ser libre, ir a su aire, no dar explicaciones a nadie... cosa que en el último tiempo había perdido totalmente. Hizo una mueca.

- Uriel. – se agachó, para quedar a la altura del niño. Le sonrió levemente. – Huiremos, ¿vale? – Le guiñó un ojo. – A donde queramos ir. ¿Te gusta? -

El pequeño quedo con la boca abierta, dejo escapar un suspiro. Al parecer de Léa aquello había sido por su guiño. Y tenia razon. Uriel se sonrojo de inmediato, aquello no estaba sucediendo. Acaso existía el Dios, acaso le había hecho caso. El unico deseo en ese momento, en su vida, lo unico que comenzaba a codiciar, era Léa, ella habia decidido que estaba bien, que se quedaria con el. Aquello logro sacar una lagrima del pequeño, su renombrada bajo por sus blanquesinas mejillas y zurcó hasta llegar a su boca, donde desaparecio.
Uriel tomo aire y comento con tono rapido, tajante.

-Me encantaria, podemos ir a donde tu desees- Dijo con mucho entusiasmo, pero entonces los momentos de su pasado se revelaron en un Flashback, que recordo su situacion en el orfanato. En Barcelona España. Dudo. ¿Quien era él, para exigir semejante viaje?.

-Léa, bueno tengo un destino en particular- El pequeño le miro con temor, no queria disgustarla. -Pero, puede que tú, tengas un destino mejor- Volvio a dudar, esta vez por la gravedad de su pregunta. -¿No deseas ir a ninguna parte?, ¿No tienes nada pendiente que te atormente?- Pregunto el menor mientras rozaba la mejilla de la chica con lentos movimientos de arriba hacia abajo.

Sonrió al niño con suavidad, inclinando su cabeza hacia la mano del niño cuando esta le acarició. Los ligeros y conocidos escalofríos llegaron rápido a esta zona de su cuerpo, como cada vez que absorbía un poder. Casi sin pensarlo, estiró una mano, cubriendo la pequeña de Uriel sobre su mejilla.

- Podemos ir a donde tú quieras. – Dijo suavemente, con los ojos entrecerrados. Como quien recibe una caricia muy placentera. – Tú solo debes decirlo, y yo te llevaré. -

Rol off: Eres maligna, meramente despiadada!!! Rol on:

Uriel no lo terminaba de creer, ¿podría ser cierto?. ¿Acaso era real aquella doncella hermosa, aquel reflejo, la unica persona que era como él, por lo tanto lo entenderia?. (Si es emo incomprendido xD).
El chiky bajo su mirada, mientras con su otra mano paso los mechones de cabello de Léa hacia atras de su oido. Rapidamente le miro a la cara, pues no queria dar mala interpretacion. El peque hizo su mueca mas pícara y seductora al ver la reaccion de su ahora compañera. Contuvo el aliento y solto en un hilo de voz.

-Bién... me gustaria- Poco a poco fue dudando, ¿Era legal desperdiciar el tiempo con su dulce Léa para ir a un orfanato del cual apenas tenía ídea?. Entonces el Flashback regreso a su mente, justo en el momento en que Léa le confirmo su habilidad. En el orfanato también estaban los otros 4 amigos, a quienes Uriel identificaba como hermanos.
"Que contenta se pondra cuando sepa que tiene 4 poderes mas por absorber".

Y entonces el chiky salio de sus pensamientos, miro fijamente los ojos de la chica a su lado, y la encarceló en la pequeña jaula que podían formar sus brasos, no propios de su edad, para despues acurrucarse con ella y decirle en voa baja.

-Léa, absorbes los poderes. ¿Te parece que vayamos a mi orfanato, tengo la ligera sospecha de que en ese lugar, encontraras un gran bufett?- Y entonces las palabras de Uriel adoptaron el mismo modo sombrío que había empleado a los principios su acompañante.

Impacientandose dijo con rapidez. -En Barcelona, España- Y hundio su rostro en el cuello de la chica.

No muy lejos de donde están Léa y Uriel, aparecen de la nada dos hombres, jóvenes los dos.

-Wooo, ahora entiendo por qué me dijiste que el cambio de temperatura iba a ser grande...-
-Te lo dije...- se escucha una risa -Bien, ahora si, ya no más frío estaba harto de eso...-
-Bien, vamos a recorrer entonces...-

Los dos salen caminando tranquilamente, se acercan a donde están Léa y Uriel, pero sin ir en dirección a ellos. Pasan al lado y uno de ellos no puede evitar girar para ver a Léa por un momento. Luego siguen caminando hasta que se detienen un poco más adelante.

Off: Bien, aparición improvisada xD, Lore, tendrás que elegir el aspecto de ambos tipos, al menos el del que te está mirando xD On:

Lo miró fijamente, seria. ¿Más habilidades? Sonrió con suavidad. ¿Esto era alguna clase de bendición? Primero se encuentra con un niño no solo dotado, sino dotado de una habilidad magnifica... ¿Y ahora le ofrecían más habilidades? Esto era el paraíso.

- Barcelona, España, entonces. – Dijo, guiñándole un ojo al niño. Justo en ese momento un par de hombres entraron en su campo de visión. Aunque casi no les prestó atención, si notó que ambos eran más o menos del mismo alto (obviamente, muchísimo más altos que ella misma), uno de ellos de cabello castaño y el otro rubio. Sin saber porque giró la cabeza, siguiéndolos con la mirada. O, más concretamente, siguiendo a uno de ellos con la mirada, el mismo que la había mirado a ella.

Ambos se detuvieron mas allá, por lo que Léa se permitió estudiarlos sin disimulo. Uno de ellos, el de cabello castaño, tenía rostro como de niño y unos bonitos ojos azules, sin embargo no le dirigió más de una mirada. El que captó su atención fue el otro, el de cabello rubio. Ladeó la cabeza, observándolo fijamente.

-Oye David, la chica esa, te está mirando...-
-Lo sé Martin, hay algo en ella...-

Los tipos misteriosos somos Martin y yo, solo que con un nuevo aspecto. El poder de Martin es realmente útil, por eso no lo maté cuando pude hacerlo. Me doy vuelta y sigo mirando a la chica, no sé por qué pero algo me intriga sobre ella.

-Ya vengo...- le digo a Martin, sin dejar de mirar a la chica...

Camino hacia ella, sin importarme que lo note. Me acerco bastante e inmediatamente invento una excusa para hablarle...

-Ho... Hola...-

No puedo, no me sale nada. Tan solo la miro a los ojos. Me siento muy nervioso. Estando frente a ella noto algo que no siento desde hace mucho tiempo, algo que solo sentía cuando... cuando estaba con Florencia. El corazón me late muy rápidamente. Mis manos comienzan a sudar un poco. Incluso la respiración se me agita.

"Mierda... ¿Qué me pasa?..."
"Solo esto me faltaba..."

No sé que decir, siento una fuerte opresión en la garganta, opresión que viene desde el pecho. Finalmente logro hacer salir unas palabras.

-Mi amigo y yo... estamos... estamos perdidos... ¿Podría decirme en donde hay algún bar cerca de aquí?...- le digo con la voz algo ronca, entrecortada, áspera, me cuesta demasiado hablar.

Léa ladeó la cabeza, irguiéndose completamente (y, aun así, viéndose muy pequeña junto al tipo que le hablaba). Tiró con suavidad de la mano de Uriel para ubicarlo junto a ella. Mantuvo sus dedos enlazados con firmeza mientras miraba al sujeto, estudiándolo en total silencio.

Sonrió lentamente, con suavidad, mientras estiraba una mano. Quizás al principio se podría pensar que pretendía tocar al sujeto, sin embargo en ningún momento hizo contacto con él, aunque su mano casi rozó su mejilla.

- Allí. – Dijo, señalando justo en la acera del frente un bar. Rió con suavidad, sin saber porque. - ¿Y tu eres...? -

No puedo evitar sonrojarme al estar tan cerca de la chica. Al ver pasar su mano cerca de mi rostro comienzo a respirar más profundamente, dejando escapar un pequeño e imperceptible suspiro. Parece mentira, pero el chico que hace unas horas había intentado matar a quien ahora es su "amigo", se ha ¿enamorado a primera vista?

"Ella... Ya la había visto antes..."

Intento evitar que mis pensamientos me distraigan. Veo que está señalando algo, pero no le presto atención, me quedo perdido en la belleza de su rostro. Mi mano izquierda tiembla nerviosa.
Al darme cuenta de lo que pasa intento disimular la situación dando vuelta la cabeza, mirando hacia el bar.

-Ah... muchas gracias...- digo completamente avergonzado, luego vuelvo a mirarla -Me llamo David, David Owen... Soy canadiense pero ando por aquí de vacaciones... ¿Y tú como te llamas?-

Ya no me cuesta tanto armar las palabras, comienzo a relajarme un poco, pero no del todo, no estando frente a ella, no puedo. Sigo preguntándome de donde creo conocerla y entonces una imágenes vienen a mi mente...

"En el barco... Ella estaba en el barco..."

Sonrió aun más, sin pasar por alto ni un movimiento ni mirada de David. Se inclinó un poco hacia él, sin inhibición alguna, en un afán de observarlo mas de cerca, con marcado y fijo interés.

- Mi nombre es Léa, soy Léa Larose. Y yo no vivo por aquí tampoco. – Ladeó la cabeza hacia el lado contrario, arqueando las cejas y borrando su sonrisa, dándole un aspecto de curioso desamparo, como si fuera una niña perdida en una multitud. – La verdad es que he huido de mi grupo. – Confesó sonriendo otra vez, muy levemente. – Y no se a donde ir ahora. ¿Crees que podrías ayudarme a mí y a mi compañero? – Dijo, haciendo alusión a Uriel.

Estando más cerca de mi no puedo evitar comenzar a sentir que la opresión en el pecho se vuelve más fuerte aún. Escucho a Léa hablar, prestando atención al movimiento de sus labios, a sus gestos, y a sus ojos. Me pierdo en el sonido de su voz, la escucho como si fuera una melodía. Ridículo, para un asesino como yo.

-Léa... lindo nombre... Francesa, ¿no?- digo prestando atención a su acento, hasta el más mínimo detalle de su voz -Así que estás huyendo... Si, creo que podríamos ayudarte...-

Me doy la vuelta mirando hacia donde está Martin y lo llamo haciendo un gesto con la mano, señalándole que se acerque. Luego miro al pequeño por un momento y le sonrío amablemente mientras le paso la mano por el pelo, despeinándolo un poco, amigablemente. Luego miro a Léa otra vez.

-Dudo que seas su madre, eres muy jóven para ello...- digo riendo un poco y luego quedo mirándola en silencio, sonriendo por unos segundos, largos segundos -¿Es tu hermano pequeño?- le pregunto con soltura, ya mucho más tranquilo, mientras la sigo mirando, con una mirada casi de complicidad.
-No somos hermanos...- dice Uriel algo molesto, sin duda represento una clara amenaza, siendo que él quiere a Léa, y no quiere que ella lo abandone.

Uriel abraza fuertemente a la chica. A pesar de eso, el niño no desconfía de mi, tan solo siente un pequeño recelo, una especie de complejo de Edipo muy reducido en magnitud, esa amenaza que represento por terror a que le robe a la unica persona que tiene.

-Mi amigo Martin... Martin, ella es Léa, y este pequeñito es...- digo en cuanto Martin llega a nuestro lado.
-Uriel...- dice algo molesto, girando la vista hacia otro lado, sin soltarse nunca de Léa.
-Mucho gusto Léa...-

- Efectivamente, francesa. – Una sonrisa curvó sus labios al escuchar sus palabras, sobretodo el hecho de que podrían ayudarles... Quizás podría sacar más de una cosa buena de todo esto.

Miró a Uriel al mismo tiempo que David lo despeinaba, sonriéndole levemente y sin soltar su mano.

- Somos amigos. – Afirmó, volviendo a mirar a David con una sonrisita pintada en los labios. En su cabeza todo daba vueltas en forma vertiginosamente rápido. Sin estar muy segura de porque se sentía levemente eufórica, como si acabara de encontrar algo que llevaba muchísimo tiempo buscando. De pronto Uriel la abraza con fuerza por la cintura, haciéndola perder levemente el equilibrio, que sin embargo procuró recuperar con rapidez. Deslizó con suavidad una mano por la piel descubierta del cuello de Uriel, procurando intentar relajarlo, además de disfrutar ellas misma con el escalofrío que su contacto le producía.

- Mucho gusto, Martín. – Dijo, extendiendo su mano libre hacia el chico.

Sonrío sin dejar de mirarla, pasando de vez en cuando los ojos por encima del niño, preocupado por su repentina celosía, pero siempre concentrado en la figura de Léa. Más que concentrado en su figura, estoy concentrado en su rostro; más que en su rostro, en sus ojos.

Martin responde al saludo de Léa tomando su mano con delicadeza, procurando no ser brusco con ella, pero soltándola inmediatamente.

-Y dime Léa, dijiste que estaban huyendo... No quiero entrometerme pero... ¿Qué les sucedió?- pregunto con una preocupación para nada fingida, siento dentro de mi esa necesidad de preocuparme por ella a pesar de ser la segunda vez que la veo en la vida -Alguna vez te has sentido diferente a los demás...- le digo inocentemente, fingiendo no saber que en realidad era también tiene un poder...