Sala Experimental

Las preguntas que me hacia clara eran relamente aterradoras para mi, saber que existian por lo menos otro tipo de organizaciones como esta me erizaba mi chamuscada piel. Tambien esto comenzaba a hacerse pesado, esta chica hacia quedarme como un ignorante ademas de que mi plan siempre fue intentar ser lo menos preciso que pudiera siempre y cuando no afectara la verosimilitud de las respuestas, ademas de la constante presion de responder negativamente a cada una de las preguntas que me hacia, es decir, de que le servia mantenerme vivo si no podia darle nada para prolongar mi existencia. Quizas las terrorificas descargas electricas no me matasen, quizas un colapso por parte de mi cerebro lo haria.

-N…No….- se escucho en la habitación como el zumbido de una abeja, a pesar del poco tiempo de descanso mi cuerpo parecia mostrar mejorias, minimas, pero esperanzadoras para mi.

-Ohh ya veo- Exclama Clara quien seguía haciendo sus apuntes.

Por como se podía evidenciar, Francisco hasta estas alturas lucía como muy negativo a la hora de contestar; eso sin dudas podría generar desconfianzas y dudas entre los científicos y Clara que llevaría solo a un único resultado... más dolor.

Uno de los científicos se hacerca hacia ella sitúa su mano cubriendo el oído de la joven chica en señal de que le estuviera murmurando algo, y en efecto así era. Al terminar el científico de murmurar cerca de su oído este baja su mano y retoma la posición en que estaba inicialmente, a un lado de la señorita.

Las palabras de la mujer rompen con el incómodo silencio del momento, levantando la mirada y dirigiéndose ante Francisco de la siguiente manera.

-Es un lástima que mis compañeros no crean en lo que me estas diciendo, sugieren que te saquemos las respuestas por las malas, y simplemente yo...- Hace una pausa y prosigue -Yo no soy esa clase de mujer... como has visto, no me gusta herir a las personas- Decía seriamente con una pizca de ironía, pues lo que estaba haciendo representaba lo contrario.

-Confío en ti, y confío en que no me estás ni estuviste mintiendo- Se acerca hacia Fran quedando cara a cara, a tan solo unos centímetros de distancia.

-Sabes...desde el principio sentí algo por ti... sentí que eras especial... que no eras como los demás hombres... y ahora lo veo claramente... es una lástima que nos hayamos cruzado en el peor momento; estoy segura de que esto no estaría pasando en circustancias diferentes; por esa razón lo siento Francisco.... pero mi proyecto, es simplemente más importante que una simple vida humana- Le anuncia mientras que simultáneamente toca el desnudo pecho de Fran con mano.

-No hay más preguntas para tí- Le dice la mujer quien se aleja repentinamente a incorporarse junto al puñado de científicos.

-Hagan los preparativos para la extracción del catalizador, ya estamos cerca! Rápido Muevanse!!-Exclama la mujer con tono fuerte y el puñado de científicos se dispersa y cada uno va a atender su trabajo correspondiente asignado por la Doctora Clara; Dejando a Fran y a la chica solos nuevamente.

Sabia de sobra que toda su palabrería era mas falsa que una moneda de cobre. Ademas me odiaba por haber sido tan inútil al no poder ganar mas tiempo para reincorporarme. Fue entonces cuando una idea atravezo mi cabeza a gran velocidad, no era del todo buena ni tampoco segura pero debia arriesgarme. Tome fuersas desde donde pude y con un tono ligero y aludible le dije a clara con una sonrisa en el rostro. -si me dejas vivir… te dire… del equipo de crimen contra lesa humanidad que infiltro un espia en esta compania…-

Esa era la unica idea que en ese momento habia podido formular como para tener mas tiempo y pensar en que haria en mi proximo movimiento.

Las palabras del joven son fácilmente perceptibles a los oídos de la mujer, pero sin embargo esta ni se inmutaba ante el comentario de Francisco, ella se mantenía centrada en sus asuntos ajustando unos parámetros y ecuaciones en la computadora preparando todo para cuando el momento de la verdad llegase.

-Si estas dispuesto a decir algo tan estúpido como lo que dijiste permíteme jalar la palanca cuanto antes- Le dice con su mano derecha situada sobre la palanca.

Aun con mi estado podia notar cierta diferencia en su comportamiento, había dejado su sarcasmo momentáneamente en su comentario, quizás no había mordido el ansuelo pero aun asi merodeaba cerca del mismo. Sin embargo,no dejaba de lado la opción de que estuviera perdiendo la cordura y comenzara” a especular idioteces. De todas maneras eso era lo único que tenia para asegurarme de que tuviera unos pocos segundos más de receso antes de que empezaran los choques eléctricos.
- adelante…- hice una pausa para hacer un pequeño ruido con la garganta - pero antes de eso… podrías mandarle un saludo a rastle de mi parte?...- dije con un tono burlon, no sabia que decir en esos momentos y estaba entre la espada y la pared, tenia serias sospechas de que esto no funcionara pero aun asi debía intentar algo.

-Rastle?? Quien es... Rastle??- La mujer parece consternada y se veía por su expresión que no tenía ni la más mínima idea de quien era ese sujeto.

-Bueno.. no importa, ya no se debe retrasar más esto- Anuncia la mujer en tono cortante sujetando firmemente la palanca.

-Toma una gran bocanada de aire, por que podría ser la última- Le dice y jala la palanca de una vez por todas haciendo que la máquina entrara en funcionamiento nuevamente, solo que esta vez explotando casi el límite de su capacidad.


Duración en Post: (3)

Con el ultimo comentario de la mujer quede perplejo, quizás mi mente había terminado de perder la poca cordura que había llevado hasta ahora. Sin embargo, ese asunto perdió una total importancia cuando la voz de la mujer irrumpió en mi conciencia, con esa amarga oración indicando que comenzaría la ultima fase de mi tortura.

* y pensar que tenia fe en no volver a ver a esa anciana… supongo que el mundo es caprichoso* Al terminar mi pequeño pensamiento una vez mas comencé a sentir esa energía mounstruosa corriendo por mi cuerpo. Ese quizás fuese el principio del fin, pero aun asi pensaba aguantar, no iba a dejar me ganara esa perra.

Se evidencia como la piel desnuda de Francisco arde de dolor por las incesantes descargas eléctricas a las cuales su cuerpo es sometido; humo blanco sale de su espalda señalando la presencia de graves quemaduras. Francisco sentía como si su espalda hirviera en aceite mientras que sus músculos eran atravesados por largas agujas, el máximo nivel de la máquina era la representación misma del dolor en todo su esplendor.

El Subconsciente de Francisco quería simplemente que todo esto acabara de una vez por todas sin importar el resultado, no podía establecer un ni el más mínimo pensamiento en su cabeza pues el dolor saboteaba su cabeza y consumía sus esperanzas.

Solo quería que esto acabara.. de una forma u otra.

Duración en Post : (2)

Esta vez le había errado por bastante a los cálculos, el dolor , como había dicho clara, era mucho peor que en los otros niveles de la maquina. Por otra parte sentí un gran malestar en mi espalda, luego de unos pocos momentos podía ver de reojo como salía un humo blanco por detrás mio.

Por otra parte el dolor era inexplicable, insoportable e inhumano. En estos momentos no sabia con seguridad si estaba feliz por aver llegado vivo hasta esta altura o enfurecido conmigo mismo por hacerme sufrir de esta manera.

Para Francisco el tiempo pasaba cada vez más lento los segundos se volvieron minutos y los minutos parecían horas. Esta tortura parecía que nunca acabaría, el dolor a este nivel era simplemente inexplicable, había que experimentarlo en carne propia para tener una idea de lo que estaba pasando Francisco pues las palabras serían insuficientes para expresar la terrible agonía a la cual era sometido.

Su cuerpo se retorcía de un lado al otro como animal en rabia. momentos pasaron y todo se calmó... empezó a ver que todo se volvía más brillante hasta el punto de volverse prácticamente blanco unas siluetas en el blanco panorama le dan a conocer que todavía estaba allí... en ese maldito lugar con sus verdugos, parecía que estaba pasando lo mismo que había experimentado anteriormente con su último viaje espiritual. Esta vez ya no sentía nada más... dolor, algún tipo de sensación era ajena para él... había perdido la sensibilidad.

Estaba más allá que aquí... su estado era una antesala a lo que pasaría, estaba perdiendo la conciencia poco a poco y de seguir así pronto se reencontraría con sus difuntos padres.

Viéndolo de ese modo su objetivo, su misión en la vida estaba a un salto de distancia. Pronto... muy pronto... se encontraría con su familiares una vez más por el resto de la eternidad. No más dolor... no más sufrimiento, no más prejuicios, no más tristeza...

Era tiempo de partir, la luz como dijo la anciana había venido hasta él... de él dependía tomarla o no, aferrarse a la vida o dejarse llevar... solo él tenía la última palabra para moldear su destino.

El dolor era insoportable, aun conteniendo las ganas de gritar y de llorar. Solo un ronco sonido inaludible salia de mi gastada garganta. Fue entonces cuando, y como por arte de magia, el dolor desaparecio. Los sonidos comenzaban a sonar cada vez mas bajos pero aun asi tampoco lograba escuchar el zumbido de mis orejas. Toda esa situación se hacia bastante extraña, pero la cereza de la torta fue cuando todo comenzo a volverse blanco, al punto de que ya nisiquiera percibía los colores a exceptuar por un blanco incanidlante y un negro claro que delineaba las siluetas de mis “compañeros” en la habitación.

*entonces asi acaba?* me preguntaba algo resignado, estaba demasiado cansado para pensar en un plan, ademas de no verle mucha salida a esto. De repente una fugaz imagen atraveso mi mente. El pequeño dialogo que habia tenido clara con uno de los cientificos preguntandole acerca de mis signos vitales. Tambien me habia dicho que necesitaba que mi cerebro captase el dolor para extraer la sustancia que buscaban en mi. Ese era el unico hilo que me sujetaba a la vida y me resguardaba de no caer al abismo.

Opte por no cerrar los ojos y tratar de ver a mi alrededor, aun que no pudiera ver nada iba a intentar hacer una ultima jugada.

En el último instante, antes de que la luz absolviera por completo a Fran siente la repentina carencia de algo... algo que lo estaba atormentando por todo este tiempo no estaba más allí, en efecto la máquina estaba en reposo nuevamente y la tortura llega a su fin; aunque nada aseguraba de que no lo someterían por mero capricho a más electricidad después de extraer la sustancia.

Minutos pasan y poco a poco Francisco va recuperando el conocimiento; sus oídos comienzan a captar los susurros de los presentes, su vista se esclarecía gradualmente al punto en que podía ver a los demás cara a cara; pero desafortunadamente hubo algo más... algo que simplemente no se pudo recuperar.

Entre audibles susurros puede escuchar a Clara, exclamando con otros científicos.

-Parece que nos excedimos un poco-

-Eso parece....en definitiva, poco le debe importar a un hombre muerto no poder moverse más, no cree usted doctora?-

-Si, eso creo... de todos modos esto iba a terminar igual... Pásame la Jeringa y terminemos con esto- Le exclamaba la Doctora a uno de los científicos quien le cede la Jeringa con un extraño líquido amarillo en su interior.

-Al fin después de tanto esfuerzo podremos obsequiarle a la humanidad el regalo más preciado.... el regalo de la evolución- Decía excitada mientras se hacercaba a Francisco con la aguja de la jeringa por delante.

-Esto no duele nada en comparación a lo que ya has sentido- Le dice dejando escapar una leve sonrisa mientras acercaba la Jeringa en un lugar de su costilla izquierda.

Apenas y pude sentir que apagaban la maquina, o quizás mis nervios habían reventado. Luego de eso poco a poco mi estado de “muerto vivo” paso a tener algo mas de vitalidad. Mi vista se normalizo, pero seguía sin poder ver claramente. Seguido de eso gane algo de sensibilidad en mi marchita piel y la sinfonía de zumbidos dentro de mi oído comenzó otra vez.

Quizas dios estaba sonriéndome ese momento, o quizás era tan molesto que no me quería ahí arriba todavia. Pero este era un hecho que importaba poco, la luz me habia dejado varado a medio camino de morir y por desgracia tenia la certeza de que clara volveria a tener la gentileza de llevarme, tal y como habia sucedido con el encuentro del chopper.

Hablando de la muerte en persona, pude percibir como ella se acercaba a mi con un objeto punzante, también trato de decirme algo. Sin embargo en mi estado de era inaludible. Vi como lentamente ella acercaba lo que sea que sostenía a una de mis costillas. Simplemente me limite a cerrar los ojos y esperar lo peor. Despues de todo, no podía hacer nada.

Francisco siente como si una larga aguja atravesara su costilla, la mujer, hace presión en la jeringa para inyectar la extraña sustancia en el organismo de Francisco.

Este siente levemente como si la sustancia saliera de la punta de la aguja y se distribuyera de allí en adelante en todo su organismo; era una leve sensación de ardor la que podía percibir... aquella sustancia estaba recorriendo su sistema circulatorio en este momento.

Clara retira con cuidado la Jeringa de la costilla de Francisco que se había tornado con un leve color amarillento.

-No lo toquen con nada de ninguna manera... durante esta etapa su organismo es sumamente susceptible a entes externos, así que les recomiendo que se alejen- Exclama Clara quien se aleja da unos pasos hacia atrás al igual que los científicos, alejándose de Francisco más de lo que estaban.

-Los resultados del más mínimo contacto con él en este momento son practicamente incalculables. Lo mejor es esperar unos minutos a que la fórmula haga efecto y podamos extraerla junto a nuestro objetivo- Eclamaba Clara mientras se ajustaba los lentes y desechaba la Jeringa en un contenedor.

Cuando clara se hecho hacia atrás una senacion extraña se presento. Un ardor en el interiro de mi cuerpo, seguido de eso ella daba instrucciones a los cientificos quienes también retrocedían unos pasos. No sabia que sucedia exactamente pero la mirada que ellos dejaban en mi me hacia sentir como si fuera una especie de bomba a punto de estallar y ellos, un grupo de curiosos esperando a ver como explotaba.

Trate de moverme o sacudirme un poco, aun que estubiece limitado por las descargas electricas y la mayor parte de mi cuerpo parecia estar entumecido ademas de dormido, debia intentar algo

Pasa unos minutos de silencio e intriga y al final Clara rompe con todo eso mostrando una actitud Emotiva que reflejaba un rotundo éxito.

-Bueno señores! no me queda nada más que decir... el proyecto fue un rotundo éxito!!- Exclamaba mientras miraba los datos que ofrecía la computadora.

Los científicos alzaron sus manos en el aire y comenzaron a aplaudir, un fuerte bullicio se produjo en la habitación, que era una clara muestra del regocijo de los presentes.

Clara pues su regocijo era incomparable al de los demás, por fin estaba tan cerca de alcanzar su sueño más deseado; su razón de existir...

Súbitamente el célebre de los presentes es interrumpido por el aturdidor sonido de una Sirena. Las luces claras como el sol se pusieron rojas como la sangre.

Algo sin lugar a dudas estaba pasando, pero que sería?? Los presentes en el cuarto no lo sabían, y desconcertados miraban hacia todos los lugares tratando de encontrar una explicación de lo que ocurría.

Clara sin embargo mantenía la calma, y debía hacerlo pues de ella dependía toda esta operación. Sin perder tiempo esta se aleja de Francisco y se dirige a una gigantesca computadora en la sala, allí teclea e introduce ciertos datos pero la computadora se apaga repentinamente imposibilitando su trabajo.

Esta pasa la mano por su cabeza en señal de preocupación y mira unas cuantas veces a su alrededor. Luego una idea cruza su mente y rápidamente pulsa un botón secreto bajo el tablero de control de la computadora y de repente la puerta de entrada a la habitación se fortifica por la acción de ciertos mecanismos a su alrededor haciéndola ahora al menos 10 veces más resistente y por lo tanto completamente impenetrable.

Los científicos se calman ante las palabras de Clara quien les pedía que mantuvieran la calma ya que nadie ni nada podría cruzar esa puerta ahora. Sus palabras les sirvieron de aliento y se calmaron un poco... pero no dejaban de mirar al techo; donde estaban las luces rojas de la Sirena encendidas, esperando que se normalizaran lo más pronto posible... bueno, al menos ese era su deseo.

La sirena, las luces rojas y las palabras de calma q pedia clara. Todo eso llego a mi cerebro, seguido de una anárquica alegria. Era obvio que era una de esas alarmas de codigo rojo que se ven en las películas de los yonkis o algo por el estilo. En ese momento una pregunta llego a mi en instantes.

*Si lo que sucedia parecia ser malo para clara seria bueno para mi?... o quizas tambien deberia estar temblando de miedo como lo hacian algunos cientificos* al mismo tiempo que mi mente no alcanzaba a razonar esa idea la tipica pregunta egoísta llego a mi *como podria beneficiarme de esto?... el panico de la situación me jugaria a favor para realizar un motin contra clara? o terminaria de dejar caer la guillotina sobre mi cabeza?...* todas esas preguntas sin respuesta agobiaban mi ser, aun asi lo mas prudente era ver como se desarrollaban los hechos y luego trazar un plan sobre la situación.

Como se podía ver a situación había cambiado drásticamente, la balanza se había desbalanceado y ahora quienes lucían atemorizados eran los verdugos de Francisco en vez de él.

Un Fuerte golpe estremece la puerta de acero, el sonido llama la atención de los presentes quienes miraban absortos la puerta.

Otro golpe más se produce conforme pasan los segundos; el impacto sacude la puerta que debe de pesar toneladas, pero sin embargo no lo logra hacerla collapsar.

Clara y los científicos permanecían en silencio observando los hechos, el temor era algo imposible de ocultar estando en su lugar.

Repentinamente los golpes se hacen cada vez más constantes y más fuertes, la puerta se estremecía tanto que sacudía a la mismísima habitación, pronto se empezaron a observar abolladuras del acero en el centro y esquinas de la puerta que conforme a cada golpe sobresalían más y más.

Los tornillos y tuercas de la puerta comenzaban sacudirse y a soltarse tras los golpes, se podía ver como caían en el suelo uno tras otro y como la puerta se sacudía sin control como si intentara despegarse completamente del muro de concreto y arremeter contra los presentes.

Podia apreciar los desmesurados golpes q impactaban contra la puerta y aunque no tenia idea de que se encontraba del otro lado tenia cierta curiosidad por saber quien era capaz de hacer semejante daño y aun mas curiosidad por su poder. Tambien pude percatarme que no solo el nivel de daños subia sino que podia percibir con facilidad el miedo en la cara de ciertos científicos. Quizas ese era el momento para crear mi pequeña simulación anarquica y tratar salir de esta silla.

Con un tono tembloroso y algo desconfiado de mi mismo pero con firmeza alcance a exclamar -sabia que vendrían por mi… libérenme y quizás les plantee que los dejen con vida- Al terminar la oración deje ver en mi rostro una sonrisa picara esperando que el miedo suprimiese cualquier intento de usar la lógica consiguiendo que mis palabras ganaran un gran grado de verosimilitud.

La desesperación del momento impidió que los presentes escucharan a Francisco, estaban inmersos en el terror de la situación y eran prisioneros del miedo; sus ojos no podían dejar de ver la puerta que se hacía añicos cada segundo.

Nadie hizo nada especial salvo Clara, quien se escabulló entre la multitud y llegó a un rincón de la habitación; Francisco desde su posición podía ver a donde se dirigía la chica.

Sorpresivamente el golpeteo cesó por unos segundos... lo único que se escuchaba en ese entonces era la sirena que no paraba de sonar; pero sea quien sea que estaba haciendole eso a la puerta había cesado, pero para qué?? Se habría ido? se habría cansado de tanto magullar y destrozar la puerta sin resultado alguno??

Ante ello, lo científicos tragaron saliva y un grupo de ellos se acerca sigilosamente a la puerta que estaba hecha un desastre, pero aún seguía en pie... aunque con las láminas dobladas y abolladas como al abrir una lata de sardinas.