(Madrid) Por las calles.

- Solo tienes que aprender a usarla... - Dise empesando a golpear ligeramente la mesa a una velocidad increible, el cafe lo mantenia tranquilo mientras lo bebia pero cuando acaba de tomarlo su habilidad se hacia practicamente incontrolable.

- Tarde o temprano tendras que usarla para herir a alguien, eso no se puede cambiar, ahora haste la siguiente pregunta ¿Vas a herir a alguien por que tu lo decides o por que no pudiste controlar tu habilidad? - Dise con un tono de seriedad increible, Dasda habia sido educado desde siempre a controlar su habilidad, para evitar que las personas que quiere salgan lastimadas al igual que su hermana que con solo tocarlo podria matarlo.

Le miré tal que así --->

- Yo.. yo, eh.. supongo que tienes razón... -ciertamente sus palabras me había impactado. -Debo irme de Madrid.

Concluí y me levanté.

- Gracias... Dasda.

Le sonreí brevemente, algo avergonzada por mi comportamiento anterior.

- Demonios... - Dise viendo que una chica conocida para el entraba por la puerta enojada y en cada paso el piso se estremecia.

- Te juro que no he hecho nada malo - Dise levantadose y moviendose y retrocediendo, el espacio era muy limitado para poder escapar, estaba acorralado.

- Callate... - dise la chica haciendo frunsir sus nudillos, y hacercandose mas y mas a Dasda.

- Estas en graves problemas HERMANITO - Dise la chica muy pero muy enojada y hacercandose con claras intenciones de golpearlo.

Observé a la chica y sus intenciones... claramente no podía dejarla, por lo que me metí en medio.

- ¡Eh! ¿Qué pasa contigo? - dije, estirando los brazos hacia los lados.

- ¿Quien eres tu? - Dise cambiando su personalidad seria y mal humorada a una completamente curiosa.

- Es mi oportunidad, perdoname... - Dise corriendo y dando un salto se apoya en los hombros de la chica y pasa por arriba.

- Puedo enseñarte a controlar tu habilidad - Dise tirando una targetita con una direccion y enseguida toma agarra a su hermana en braso y se va corriendo a una velocidad imperceptible.

Muda del asombro me quede. Nunca me aconstumbraría a tal rapidez de movimientos... y desde luego la gente del Starbuck tampoco (off: XDDDDDDD).

Cogí la tarjetita del suelo, y tras coger mis cosas salí del establecimiento a deambular por la calle un rato más.

Observé la tarjetita durante un momento mientras andaba. ¿Para que esperar?

Cojí la tarjeta de crédito que mi padre me había dado para casos de alta urgencia y me dirigí al cajero más cercano. Saqué más de mil euros, y los guardé en cartera esperando que no los viera nadie, mientras corría para alcanzar un taxi.


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(Sigue en el aeropuerto de Barcelona ^^)