[NY]Piso 4º 3ª, Apartamento de Jonathan Jones.

Un diluvio arremetía contra la gran ciudad de Nueva York... Una silueta de un chico medianamente alto se ve correr en la oscuridad debajo de tal chaparrón de agua...

-¡Joder! ¿Por qué coño llueve a estas alturas del año?-

Después de manegar un poco con las llaves consigue entrar en el portal y se queda apoyado contra la puerta, ahora cerrada.

-Bueno, almenos me ha servido para despistarlos...-

Después de unos largos cuatro pisos de escaleras el chico consigue entrar en su casa y cae desplomado y empapado en el sofá...

-Ufff... menudo día... seguro que...- El sonido del timbre de la puerta de interrumpe.

-¿La policía? ¿Me habrán seguido? Que raro...-

Jonathan se levanta, pone el pestillo de seguridad y abre la puerta, para ver através del pequeño hueco de la puerta a...

Dicen que los días de lluvia son adecuados para muchas cosas. Para pensar, reflexionar, cantar y bailar con las farolas. Un día lluvioso puede ser muchas cosas. Puede ser el mejor o el peor de tu vida, o un día en que todo cambie.

- ¡Eh tío!- exclamo una voz femenina y juvenil.

La joven se quitó la capucha que escondía parcialmente su rostro, y sacudió levemente los pies, para que chorreara un poco su empapada ropa.

Spoiler:

La chica, aún desconocida, le observó fijamente desde su posición frente a la puerta.

- ¿Vas a dejarme entrar después de casi arrollarme ahí fuera?-preguntó ella con seriedad. Porque lo cierto era que el chico no podía recordar si en su agitada carrera había chocado con alguien... o no.

Después de mirar a la chica de arriba a abajo durante un momento Jonathan pensó en voz alta:

-Hogar, dulce hogar.-

Después de cerrar la puerta para quitar el pestillo abrió y dejo pasar a la chica echándose a un lado.

-¿Y tu eres...? No espera, déjame adivinar... una fan secreta.- Claramente se percibía el tono de broma en las palabras de Jonathan.

Siempre había sido muy despreocupado y pasota así que el echo de no conocer a esa chica tampoco le preocupo demasiado, después de cerrar la puerta fue a coger algo a la cocina, que estaba en el mismo comedor para la chica.

-¿Te apetece café caliente?- Pregunto Jonathan estirando la taza hacia la chica. -Supongo que eso y invitarte a sentarte es lo mínimo que puedo hacer por "casi" arrollarte, ¿No?-

La chica entró en el apartamento, con el ceño fruncido y la mirada fría.

- ¿Acaso eres famoso?-bromeó de cierta forma hostil antes de aceptar el ofrecimiento de la bebida.

La chica se sentó en el sillón, cruzando las piernas mientras miraba a su alrededor de forma crítica.

- ¿Tan rápido venías a tu casa como para no mirar por donde ibas? Más bien parecía que huyeras de algo o alguien.. Venía con intención de ver si te pasaba algo- su voz se modulaba de manera impersonal, como si al mismo tiempo que hablara estuviera haciendo otras cosas de gran importancia.

Su vista estaba fija en uno de los cuadernos de Alexander, cuyas tapas se agitaban de vez en cuando, como mecidas por el viento.
Curioso.. el viento no soplaba.

Jonathan se quedo mirando a la chica por un instante, sin duda era muy guapa.

-Bueno, tengo un grupo... pero no se puede decir que sea famoso.- Jonathan se acerco al lugar donde estaba el sillón.

-No, no huya de nada... Solo no me gusta mojarme ya sabes...- Estaba mintiendo, la policía casi le coge usando sus poderes para vaciar un cajero automático, pero esas palabras encendieron una pequeñísima chispa de desconfianza.

Jonathan ladeo un poco la cabeza intentando percibir el campo magnético alrededor de la chica para averiguar si portaba algún objeto metálico del tamaño de un arma o algo así, pero la respuesta fue nula... es chica no llevaba ni siquiera un simple bote anti-violadores.

-Vaya, parece que se ha levantado el aire... cerrare la ventana.- Jonathan se acerco a la ventana, aparto la cortina y... cerrada, estaba cerrada. El aire no podía entrar en la casa y la temperatura dentro estaba bien, teniendo en cuenta la lluvia si el aire viniera de fuera sin duda haría frío allí dentro...

Jonathan giro la cabeza y miro a la chica con expresión de confusión y con una ceja arqueada.

-Que raro... se ha levantado viento pero... no hay nada abierto, extraño, ¿No crees?- Jonathan siguió mirando a la chica con la misma expresión.

La chica atendió a sus explicaciones casi sin pestañear, pero se incorporó ligeramente en el sillón para mirarle cuando se dirigió hacia la ventana.

Sonrió a Jonathan antes de volver la vista hacia el cuaderno.

- He visto cosas más raras.-comentó antes de tomar un sorbo del café y hacer una señal de aprobación. - Una vez conocí a un tipo que dejo entra una desconocida en su casa y casi acaba muerto...

La chica dejó la taza sobre la mesa tranquilamente.

- Por cierto, mi nombre es Blair.

Jonathan volvió a correr la cortina y se volteo.

-Si, supongo que si que hay cosas mas raras...- Jonathan tomo asiento y se recostó en el sillón quedándose mirando al techo.

-Bueno, supongo que ese tipo no tubo mucha suerte... pero...- Jonathan se levanto de la silla y paso por al lado de la chica pasándole la mano por la cabeza suavemente. -¿Que es la vida sin un poco de riesgo?-

Después Jonathan llego a la cocina americana, apoyo los hombros en el mármol y se quedo recostado y escucho la presentación de la chica.

-Te diría que mi nombre es Jonathan, pero eso es algo que ya sabes, ¿No?- Jonathan dejo ir una leve sonrisa y se quedo mirando al fregadero, el cual acumulaba una buena cantidad de platos y cubiertos.

Blair se levantó, algo molesta ante el leve roce del chico, y se encaró con lo que los muebles de la cocina dejaban ver de la silueta de Jonathan.

- Para que engañarnos, si sabía tu nombre.- su voz era dura, había perdido el leve tono juguetón de hacía unos instantes, y su mirada pareecía querer quemar aquello que observaba. - También sé, además, que no eres un chico... llamemoslo, común. Yo tampoco entro en esa clasificación.

Con una leve sonrisa, que dejaba ver claramente su orgullo y ego, chasqueó un segundo los dedos, un signo completamente innecesario a la hora de usar su habilidad, pero que desde luego, le daba una nota de estilo.

Las cortinas empezaron a agitarse, del mismo modo que el pelo y las ropas de ambos jovenes. La corriente de aire que se había originado en la habitación removía muebles, cuadros, cojines, aparatos, etc.

La chica hecho la cabeza hacia atrás un breve instante, antes de retornar a su posición original, con los ojos cerrados, y hacer que todo volviera a una aparente normalidad.

Jonathan se quedo mirando a el piso cuando este estaba envuelto en una serie de ráfagas de viento... Jonathan parecía bastante tranquilo.

-Bonita habilidad para una bonita mujer... No hace falta que te enfades, no pretendía ofenderte...- Jonathan estiro la mano apuntando algo mas a la izquierda de la cabeza de la chica. Un paquete de tabaco pasado volando a gran velocidad por al lado de la preciosa mujer y fue a parar a la mano de Jonathan, lo abrió y saco un Isipó metálico de dentro y un cigarrillo.

-Bueno, supongo que si estas aquí es para... o bien replicarme algún robo o quizás pedirme consejo o quien sabe... vale, lo acepto... no tengo ni idea de que es lo que quieres.- Jonathan prendió el cigarrillo y dio una buena calada.

-Bien entonces, porque estas aqu...- Dos golpes en la puerta alertaron a Jonathan que giro la cabeza y se quedo mirando hacia la puerta. -Yo no espero a nadie...- Jonathan giro la cabeza y miro a la chica. -Dime que esperas a alguien.-