Aeropuerto de New York

“Welcome to The United States of America”

La suave voz de dama que es expulsada de los parlantes del inmenso complejo del aeropuerto hace despertar a Gabriel de aquel letargo de imágenes que aparecen en su cabeza, sin poder olvidar las últimas frases de aquel terrorista.

Baja su mirada paulatinamente hasta poder observar las palmas de sus manos para luego formarlas en puños.

-La vida es un sendero largo hacía un final, mas en aquel camino existen otros los cuales carcomen espacios de tiempo que uno podría pasar, sin embargo el final es el mismo…cada uno de ellos tendrá que pagar a su debido tiempo-

Tras susurrar, un suave suspiro emana de sus labios resecos con el cerrar de sus ojos.

“… Una nueva vida, un nuevo comienzo… me hubiera gustado que naciera de mi y que no sea forzada… es hora… de continuar el sendero…”

En aquel instante sostiene su pequeño maletín negro mientras que se levanta de uno de los asientos de las salas del aeropuerto.

A paso lento transcurre por un pasadizo teniendo la mirada fija hacía adelante, dando caso omiso a las distintas personas que recorren el lugar.

De pronto, frena su andar por completo al ladear su rostro hacía el lado izquierdo, encontrando una pequeña barbería, a donde el entra para a si sentarse sobre una de las sillas.

Un dama le coloca un pequeño mantel sobre su pecho cuando saca unas pequeñas tijeras de uno de los estantes del asiento

-Disculpe… Me gustaría que lo cortara corto, deseo ser otro-

La mujer se ríe mientras que comienza a cortarle – ¿Porque dice eso?
, si a usted se le nota que le cae muy bien el cabello largo –

-Algunas veces es bueno un cambio…- Sonríe.
“En especial cuando aun no descubro que es lo que sucedió aquel momento que el terrorista...”

Después de algunos minutos, el rostro del joven refleja a otra persona con el cabello corto

-Tenía razón un cambio es bueno, le queda muy bien-

Posicionando las manos sobre los mangos de la silla, se levanta. Lleva la mano derecha sobre su bolsillo entregándole dos billetes de veinte dólares

-Gracias-

Es lo único que menciona mientras sostiene de nuevo su maletín para desaparecer por la puerta del pequeño local del aeropuerto y dirigirse hacía la salida de la inmensa infraestructura

Las miradas de las distintas parejas del local solo se enfocaban en los distintos explosivos que colgaban sobre el semblante de la dama.
Mientras tanto, las jovencitas regresaban a la posición que se encontraban tras decender las persianas del local, con el propósito de que nadie viera lo que sucedía, por el mandato de ella.

El joven que sostenía la mano de su pareja, comenzó a flexionar ambas piernas, como si deseara pararse y arremeter contra la mujer con los explosivos, sin embargo freno su decisión tras quedar en un contacto visual directo, lo cual hizo regresar a la misma posición que se encontraba.

Gabriel queda observando a la mujer lleno de explosivos, la cual levanta la diestra por encima de su rostro, con la mano diestra empuñada a un pequeño interruptor que porta.

“… Nó… Esto no puede pasar de nuevo, lo mismo sucedió en aquel momento… varias personas murieron… por un acto similar… pero sobre todo… no pude hacer nada por mis padres…”
Reflexiona con congoja cerrando los ojos con fuerza adjuntando el fruncir de su ceño, cuando empuña ambas manos que se encontraban sobre la meza.

La imagen de aquel terrorista postrado casi en el suelo esbozando una sonrisa, aparece de nuevo en su mente

“…Púdrete…” Aquella palabra comienza a retumbar una vez en su cabeza, haciendo que ejerciera aun mayor presión sobre sus puños

“… No permitiré que esté sea mi fin… no lo permitiré… pero sobre todo… nunca más sentiré la impotencia de no poder hacer algo…” Menciona para sus adentros al abrir de nuevo los ojos, fijando aun con mayor intención el rostro de la mujer, la misma que se encuentra observando a Gabriel con el ceño fruncido y un gesto de enojo

La dama de mirada frívola sobre el muchacho de oscuro traje, continuaba su amenaza sobre el, circulando la yema de su dedo pulgar sobre la superficie de aquel pequeño interruptor, el cual se encontraba presto a indicar la secuencia de destrucción.

La mirada del joven aun se mantiene hacía la meza, en cuanto lleva ambas manos a la altura de su nuca, desprendiendo fuerza sobre sus rodillas para a si comenzarse a levantarse del asiento, dándole la espalda a la mujer alterada.

Aquellos distintos personajes postrados en el suelo, denotan en su mirada la desesperación e impotencia que sienten, al instante que la dirigen todos hacía el semblante de Gabriel que yace erguido en su totalidad, sin revelar los gestos de su rostro.

Mientras que los distintos semblantes no pedían asimilar la tranquilidad del joven, imágenes provenientes del pasado comienzan a aparecer intuitivamente una tras otra, desde su infancia, de aquel fatídico día en donde sus padres fallecieron hasta el momento en el cual uno de los culpables de la muerte de sus progenitores murió, bajo sus manos.

…Sí… Ahora..

Aquellos vocablos en forma de susurro con un tono grave de voz comienzan a recubrir la atmósfera tensa, a lo que la mujer portadora de los distintos explosivos flexiona el brazo derecho posicionando presto para presionar el botón rojo del controlador

Es entonces, que lentamente alza el rostro con el girar de su semblante hacía la mirada de todos, dibujándosele una sonrisa entre sus labios.

…Entiendo todo…

De pronto, estira ambas extremidades superiores hacía los lados con el alzar de sus dedos levemente, cuando fija la mirada con mayor intensidad en dirección de las orbes oscuras de la dama. Es entonces que los dos cuchillos en cada una de las mesas mocionadas hacia los ambos lados de Gabriel, comienzan a resonar, dando un giro sobre su propio eje apuntando a la mujer con su mortal filo.

Con un pequeño movimiento de los dedos, similar a el direccionar de aquellas armas hacía su objetivo, los cuchillos salen disparados por una fuerza mental proveniente de Gabriel, el cual aun mantiene la sonrisa escalofriante entre labios, mientras que uno tras otro de los cuchillos, se insertan en las muñecas y tobillos de mortífera mujer, a lo cual tiene como consecuencia quedarse apuñalada contra la pared detrás de ella, soltando por inercia el control remoto que resbala por el suelo hasta llegar a los pies de Gabriel

No puedo permitir que un ser como tú… salga con vida de aca..

Mientras musita con un odio cargado en cada una de las palabras, dirige la mano derecha por encima de la mesa haciendo levitar otro cuchillo el cual se encuentra debajo de su palma, para luego este girar en dirección de la mujer.

Debes de padecer por tus actos…
Elevando el dedo índice el cuchillo queda a la altura del rostro de la mujer, la cual tiene un rostro lleno de pánica, dando gemidos por el dolor producido ante las heridas del anterior ataque, en donde borbotes de sangre sobresalen de los lugares arremetidos

Con el ceño fruncido y listo para acabar los latidos de vida de la mortal mujer, siente como su pantalón es jalado levemente. Gabriel ladea su rostro hacía el lado derecho dirigiendo la mirada hacía aquel niño que sostiene un pequeño oso de tonos marrones, el cual abraza con fuerza, mientras lo mira a los ojos.

No lo haga… Usted no es así señor… Usted es un héroe..

“Un héroe”

Las palabras del niño que de pronto es jalado hacía atrás por sus padres, comienzan a retumbar en su mente con el deslizar del brazo produciendo que el cuchillo caiga al suelo. Un sonido metálico ahora equilibra la atmosfera de sorpresa y temor pero las sirenas de las patrullas se comienzan oír mientras más se acercan hacía el local.

Gabriel dirige una vez más la mirada hacía la dama apuñalada contra la pared.

Nunca más hagas daño a alguien

Aun con la mirada sorpresiva de todos enfocada sobre el muchacho de abrigo oscuro, este se dirige hacía la puerta posterior del local, sin embargo por inercia el mango de la puerta gira por si sola al acercar la diestra, abriéndose por si sola, para a si arremeter una rápida carrera por la calle, sin saber a donde dirigirse ni saber que hacer con el poder que el lleva dentro de su ser.

De esta forma, entre la gente, llega a quedar en desolado callejón, en el instante que deja recare su semblante sobre el suelo

¿Qué soy?

En la oscuridad y soledad de aquel callejón, la mente de Gabriel comienza a dar vueltas interminables ante las distintas situaciones las cuales a sucedido, desde la muerte del terrorista implicado con la muerte de sus padres, de la misma forma de la figura de aquella mujer con explosivos clavada contra la pared por las extremidades, hasta el niño que le dirigió la mirada con tal inocencia y sinceridad al mencionar la palabra “héroe”

De pronto, regresa de aquel estado de confusión a la triste realidad por las distintas gotas de agua que descienden sobre su rostro, empapándolo en la soledad que invade su atormentada alma

¿Porque?... desde lo que sucedió con aquel terrorista… todas tipo de cosas malas me han sucedido… todo desde…

Detiene su susurrar Gabriel, cuando alza levemente ambos brazos teniendo las palmas de las manos estiradas por completo, para luego empuñar ambos puños.

Que esto se manifestó…

Las palabras mencionadas retumban en un eco interminable mientras la depresión comienza a hundir más y más cada segundo al joven Gabriel.

Sin embargo, el ladrido de aquel can que se presenta delante de él hace dirigir su mirada con mayor intensidad tomando toda la atención.

Aun cuando eres un perro callejero… no mereces estar con alguien como yo…. Un asesino…

Tras mencionar en voz baja, por el espacio corto de los labios, escapa un leve suspiro, mas el can se acerca hacía el, acariciando su rostro con la rodilla de él y alzar la mirada suya con la lengua afuera en un gesto tierno siendo bañado por la lluvia que arremete contra la ciudad.

Sabes… no te mereces esto tú… déjame poderte dar un lugar para que te cubras de esta lluvia

Menciona con gran sinceridad acariciando con la zurda el rostro del perro, el cual se deja dando un pequeño ladrido, en el instante que con lentitud eleva la extremidad diestra superior por la altura del rostro, bajando los dedos excepto el índice, apuntando a una caja que se encuentra algunos metros de distancia de ambos

La caja comienza a estremecerse con lentitud, dando un pequeño giro sobre su mismo eje, mas Gabriel, se concentra aun con mayor intensidad al instante que desciende su dedo de forma abrupta, teniendo como consecuencia que la caja se acerque hasta sus pies.

Entra y abrígate, lo necesitas

Una sonrisa se le dibuja entre labios al mencionar aquellas palabras, cuando el perro ladra una vez más adentrándose en la caja, protegiéndose de la lluvia, tras desplomar su semblante en aquel lugar, comenzando a dormir plácidamente

Me doy cuenta que si no hubiera sucedido nada de lo queme a pasado hasta ahora, tal vez nunca hubiera conocido esto que tengo dentro de mi

Susurra para si mismo, sin dejar de ver aquel can que se encuentra en un sueño profundo y plácido

Sea lo que sea que venga, no por nada tengo este poder

Es entonces que Gabriel posiciona su semblante en una postura erguida, elevando sobre su rostro la mano derecha, adjuntándole su observar

Y al igual que puedo ayudar… también… puedo dar a conocer... lo que significa mi ira…

Ante las palabras de la mujer de rasgos jóvenes, la mirada de Gabriel queda enfocada en la totalidad de su rostro, mientras que la lluvia continua, produciendo cierta tensión en el ambiente

“¿Especial?”

Medita pausadamente, manteniendo bajo su merced el silencio absoluto, cuando con lentitud, comienza a flexionar ambas piernas, iniciando el posicionar del semblante suyo en una erguida postura, adjuntando el fijar de su mirada aun con mayor intensidad sobre las orbes de la muchacha, intentando averiguar bajo un gesto la sinceridad del dictamen mencionado

“Todo esto es muy raro, en especial que una chica de su propia edad aparezca de pronto mencionando todo esto, pero…”

Continúan apareciendo distintos pensamientos en la mente de Gabriel, el cual yace erguido al frente del semblante femenino, cuando mira de reojo la mano diestra de este, dando escapar un leve suspiro entre labios

“Sí es una trampa o algo… se como defenderme..”

Es entonces que deslizando las palmas de las manos por la contextura de la casaca de cuero que porta, da un pequeño tirón sobre sus extremos, acomodándosela aun mejor a su semblante. De pronto lleva la mano derecha hacía la de la muchacha, el cual siente cierta timidez al tener contacto con la piel de ella.

Todo esto es tan confuso, sin embargo, aunque todo esto no tenga lógica, ya perdí razón alguna de ella… Confiaré en ti… llévame

Menciona pausadamente y con un tono de voz bajo, manifestando aquel pesado sentir de confusión que invade el ser de Gabriel, al instante que la lluvia comienza a cesar gradualmente

Gabriel deja caer su demacrada figura sobre uno de los sillones del lugar, quedando con la mirada hacía arriba, observando el techo de la habitación

Después de tanto tiempo, puedo sentir paz aunque

Entrecorta su dictamen en voz baja, mientras que lleva ambas manos detrás de la nuca, escapándole entre los labios un suspiro

…Si es tu voluntad Dios… que dure...

De esta forma, gira el rostro hacía el lado derecho, observando la hermosa piscina rodeado por los distintos y llamativos colores de las flores del jardín, es en aquel momento que, se dibuja en sus labios, una sonrisa.

Todo esto, me hace recordar que aun sigo siendo un humano, aun con mis errores, puedo sentir felicidad, tristeza, alegría y enojo

Susurra para si mismo, cuando dirige el torso hacía adelante, quedando inclinado en la silla, con ambos codos apoyándose sobre sus piernas y con la mirada fija sobre una pequeña lámpara de lava que se encuentra encima de un pequeño escritorio

Es entonces, que cierta emoción comienza a invadir lo más profundo de su ser, al alzar el brazo derecho sobre la altura de su rostro, estirándolo por completo, mientras que abre la palma de su mano con el leve fruncir de su ceño, ejerciendo gran concentración sobre el objeto con su mente.

“Ven”

De pronto, la lámpara comienza a temblar, dando pequeños giros sobre su propio eje cuando, de manera inesperada sale a gran velocidad en dirección a la mano de Gabriel, sosteniéndola con fuerza al llegar hacía ella

“Creo que ya lo ando comenzando a dominar”

La sonrisa que mantenía entre labios se vuelve más amplia, en el instante que dirige la mirada de reojo sobre la puerta que se abre, entrando a la habitación Melody con dos tasas de chocolate

Gracias por traerme, necesitaba estar en un lugar como este

Susurra pausadamente Gabriel, mientras deja la lámpara en el suelo, para luego seguir observando a Melody