Home sweet home

Cuando terminé de acomodar las mil y una cajas llenas de cosas inservibles estaba muy emocionada.Me dí una ducha y , como es normal ,me mire en el espejo.Ese lío de colores estaba en mi pelo otra vez.Me pregunte si cambiaría con mis emociones, pero no me importaba ya que nadie me vendria a visitar en este lugar desconocido.
Me vestí rapidamente y mire en mi heladera porque tenía hambre.Naturalmente...no había nada.Llame a un numero que estaba en la guía telefonica y pedi una picada y dos cajs de pizza.Me reí de mi desesperación al hablar y creo que asuste un poco al chico de los pedidos porque parecía nervioso.
Cuando llego la comida me sente en el sillon a comer una papas fritas y encendí la televisión.Puse un canal de caricaturas porque me disgustaban las novels y no estaba de animo para ver un noticiero.

Horas pasaron y Mina yacía sentada en su sillón sintonizando el canal de caricaturas; parecía no haber nada más interesante en los otros canales; sus papitas fritas las había acabado; las caricaturas pasaban unas tras otras y al menos más de una lograron robarle una carcajada.

La muestra explícita de la vida normal de una joven muchacha aburrida; chica aburrida vida aburrida.. o tal vez no.. tal vez este no sea el caso tal vez y solo tal vez hay algo más en esta chica de lo que se ve a simple vista.

Minutos pasaron y la chica permanecía hundida en el sillón, luego repentinamente una llamada interrumpe su concentración en el televisor. Era el teléfono de la casa que estaba sonando; quien sería en este momento?? Mina no conocía de cerca muchas personas desde su viaje a Norteamérica; solo unos cuantos vecinos y compañeros de trabajo, nada más, posiblemente sea solo uno de ellos tras la línea telefónica. Aunque era de extrañarse, si no se contactaron con ella antes, por que habrían de hacerlo ahora? Muchas posibilidades y una viable respuesta lógica; contestar el teléfono.

Las papas se habian acabado...Genial!!Las caricaturas pasaban unas tras otra y aunque eran divertidas ya me habia cansado.No sabía si estaba aburrida o cansada.
Cuando sentí que mis ojos se cerraban el telefono sono.Quien podria ser???No conocía a nadie aquí.No hize muchas amistades en el trbajo y los vecinos podrian tranquilamente acercarse,por algo eran vecinos...Aunque no podía hacer otra cosa.Me paré Camine hacía el telefono y respondí la llamada:

-Hola,quien habla?

Al teléfono responde una mujer; hacía parecer que fuese una recepcionista.

-Espere por favor-

.................................... Al pasar de unos segundos la línea se corta y da paso a una nueva.

Esta vez quien se anuncia es un hombre.

-Mina?? Eres tu?? Soy yo Camblert del Laboratorio Central-

El Dr Camblert era una científico de alta embergadura y prestigio mundial, sus recientes descubrimientos sobre las células madres han hecho de él una figura de renombre mundial entre los grandes; apasionado seguidor del Doctor Antonio García Bellido es sin duda, ha sido él su inspiración entre todos estos años de estudios y ahora esta figura parecía que tenía un cierto interés en nuestra estimada.

-Te acuerdas de mí?? nos conocimos en el pasillo aquella vez, recuerdas?? Bueno te llamaba por algo muy importante, me preguntaba si podrías venir hasta acá, mi laboratorio... necesito mostrarte algo espectacular!! Apresúrate!!-

El Doctor tras unos segundos de silencio recalca.

-Umm claro, si tienes tiempo-

Me atendio una mujer
"Espere por favor"

-Mina?? Eres tu?? Soy yo Camblert del Laboratorio Central
No podía articular una palabra.
El doctor Camblert era un cientifico muy inteligente y prestigioso.Yo era apenas una profesora mediocre...Bueno, tenia algo especial...pero....el lo sabría?



-Te acuerdas de mí?? nos conocimos en el pasillo aquella vez, recuerdas?? Bueno te llamaba por algo muy importante, me preguntaba si podrías venir hasta acá, mi laboratorio... necesito mostrarte algo espectacular!! Apresúrate!!-


Los nervios me recorrieron el cuerpo entero.Cuando estaba por hablar me interrumpio.


-Umm claro, si tienes tiempo

-Claro,voy para allá!


Agarre mi chaqueta verde y salí de casa