Smart Academy (L.A California)

El Smart Academy es uno de los mejores colegios privados del sector. Tiene las mejores instalaciones, los mejores profesores y los jóvenes salen muy bien preparados de aquí.
Barbara ha sido profesora de Biología y Ciencias desde hace ya varios años y recientemente le dieron el puesto de directora.

Hoy ya ha terminado su última clase del día, y se dirige a su oficina caminando por los pasillos del colegio para arreglar unos asuntos pendientes. Quiere terminar rápido, porque se siente cansada, lo único que desea es irse a descansar un rato su apartamento.

Barbara llega su oficina, se sienta, da un uspiro y se pone arevisar unos papeles. Se da cuenta que tiene demasiadas cosas que hacer. Tiene que entrevistar unos profesores que han enviado solicitudes para entrar al colegio, tiene que firmar unos inventarios y aparte tiene que calificar cientos de examenes.

Le dolia la cabeza y la nuca, estaba muy cansada. Sin darse cuenta el lapicero que estaba a su lado derecho exploto.

Tengo que controlarme, no pudo seguir explotando cosas cuando me siento asi, es peligroso.

Y en efecto, era peligroso.
El conserje, que casualmente pasaba por el pasillo del despacho de dirección, asomó la cabeza tímidamente por la puerta tras dar unos suaves toques en esta.

- Disculpe señorita... ¿todo bien?

Una vez vio que no ocurría nada, se despidió con un movimiento de cabeza y siguió su camino.
Las ruedecitas del carrito se oyeron traquetear sobre el suelo, antes de que se perdieran por el enorme colegio.

Junto a la montaña de papeles que había que arreglar, descansaba un ordenador fijo bastante moderno.
Como obedeciendo a una orden silenciosa, la pantalla comenzó a parpadear, encendiéndose finalmente con la pantalla completamente blanca, y una ventanita parpadeante apareció en el centro.


¿A qué crees que juegas? ¿Sabes quién eres?

Barbara se quedo viendo la pantalla impactada por lo que habia pasado recientemente. "¿Que crees que juegas? ¿Sabes quien eres?" Barbara no sabia a que se referia ese mensaje y mucho menos quien lo envio.

Estaba asustada y justo cuando la pantalla empezo a parpadear de nuevo Barbara cerro los ojos se escucho una pequeña explocion y al abrirolos se dio cuenta que todo el equipo echaba humo. Se levanto asustada, trato de controlarse, tomo su saco de la silla y luego salio de la oficina. La secretaria habia escuchado el sonido y le pregunto muy preocupada.

-¿Señorita Barbara todo...?

-Si, todo esta bien, no hay ningun problema. Solo nececitos que llames para que arreglen la computadora, al parecer hizo corto circuito o algo asi. Yo tengo que... tengo que irme a casa no me siento muy bien. Nos vemos mañana Rose.

-Hasta... Mañana.

Barbara se fue muy preocupada al estacionamiento donde se monto en su carro y empezo a conducir a casa, aun pensado en el mensaje que habia recibido. Y decia para sus adentros nerviosa y asustada:

Puede ser una broma o una equivocacion.

Pero en un mundo donde nada es lo que parece ser, las sospechas no dejaban de atenazar la mente de Bárbara.
Ya en casa, al cerrar la puerta, notó que no estaba sola.

- Hola Barbara.-murmuró una voz masculina a sus espaldas.
Cuando la mujer se giró, observó la figura del hombre, recortado contra la pared en la semi oscuridad.

Spoiler:

¿Quién e... eres? ¿Qué... qué quieres de mi?

Barbara se pego a la pared que habia detras de ellla, queria buscar algo cortante a su alrededor. Pensaba hacer cualquier cosa para defenderse.

¿Qué ocurre? ¿Tienes miedo? - el hombre camino unos tres pasos acercanodse a Barbara de una manera muy lenta

No te areques! -Ella cerro los ojos, intento hacer su poder, no lo habia hecho antes. Se esforzo y lo que hizo fue que una vitrina al lado del hobre se destruyera.

Jajaja ¿Quieres hacerme daño?

-... porque no podrás hacerlo.

El hombre se acercó hasta estar un par de pasos escaso de ella.

- Mi nombre es Ricardo. No busco hacerte daño... a no ser que me obligues a ello.

Hablaba pausadamente, con tono calculador, como si estuviera improvisando, pero teniendo mucha práctica.

- Trabajo para una empresa privada que investiga acerca de personas como tú, con habilidades especiales.

Barbara respiraba rápida y cortadamente, por el nervio y miedo. Pero cuando el hombre le hablo sobre una empresa que investigaba gente con habilidades, ella se lleno de valor y se quito al hombre que prácticamente estaba encima de ella.

-¿Investigar? Nunca.

-Pero tienes que entender que vamos a… - no pudo terminar la frase.

-Ya fui manipulada una vez y no pienso volver a ser una rata de laboratorio.

-¿A que te refieres? - pregunto extrañado Ricardo.

Barbara no pensaba contarle nada, pero que mas daba.

-Esta… habilidad, como la llamas, no nació conmigo. Yo fui… inyectada con una formula. Si, soy un experimento al igual que mis dos hermanas que no conozco. Que bien podrían estar muertas. Podría ser una mujer normal si no fuera por eso y lo peor es que lo hizo… el hombre que me crío y llamaba padre.

Ricardo no dijo nada por unos segundos, por la historia de Barbara.

- Por tanto, y si tu historia es cierta...-dijo el hombre con seriedad- que te impide ayudarnos en la empresa? Puede que encuentres a tus hermanas y no sólo eso, que aprendas más sobre ti misma.

Sacó entonces una pequeña pelota de goma, y empezó a hacerla rebotar sobre su mano, perdiendo la mirada en el juguetito.

- ¿Y bien? Admite que es la verdad.

Barbara penso detalladamente lo que le habia dicho Ricardo. Y se dio cuenta en que tenia razon, conocer a sus hermanas seria una de las mejores cosas que le podria pasar. O hasta podria aprender a controlar sus poderes, para evitar hacerle daño a alguien.

Lo miro fjamente a los ojos y en un movimiento rapido le quito la pelota de la mano y le hablo mientras la apretaba.

-Estaba bien, es la verdad. Acepto ¿Ahora que?

-Tenia el presentimiento que aceptarias. Ok, empieza dandome mi pelota.

De nuevo, arrebató la pelota de manos de la mujer, mientras la miraba con seriedad.

Haz rápido el equipaje. Te espero abajo en el coche rojo.

Sin una palabra más, hizo un gesto de despedida con la cabeza, y salió de la estancia, dando un portazo tras de sí.

El hombre se fue, y yo me quedo unos segundos parada sin hacer nada, ni un solo movimiento. Pensando si en lo que estaba a punto de hacer era lo correcto. Oigo la bocina del coche que me hace reaccionar y hago mi equipa de las cosas mas escenciales.

Luego antes de irme le doy un rapido vistazo a toda mi casa, apago la luz y luego me voy.
Al subirme al coche lo primero que se me viene a la cabeza preguntarle a Ricardo es:

-¿Fuiste tu el que me envio ese mensaje a mi computadora mientras trabajaba?

- No- comentó Ricardo tranquilamente, como si no fuera la primera vez que se lo preguntaran- pero sí ha sido alguien de los míos... alguien que para hacerlo no necesita un ordenador. Y te voy a llevar con ella.

El hombre arrancó el motor del coche y encendió la radio, haciendo que las notas de una suave melodía pop inundaran el vehículo.

- Bueno, allá vamos.-dijo, mientras tomaba la carretera que llevaba a la autopista.

No hablamos mucho, yo me quede mirando por la ventana mientras el tarareaba su canción a un volumen bastante alto. Pero lo que me sorprendía era a la velocidad que manejaba, parecía un rayo cuando pasaba a los demás carros y lo hacia con tanta tranquilidad. Y lo peor de todo, es que no estaba cien por ciento segura de si estaba prestando atención a la carretera. Entonces decido romper el silencio y le hablo:

-Ehh mmm, Ricardo. – El no me respondía, quizás me ignoraba o solo no me escuchaba por la música.- Ricardo! –dije mucho mas alto.

-¿Si? –era la segunda, no me escuchaba por la música. Bajo un poco el volumen y me miro.

-¿Tu eres… ya sabes, como yo? ¿Tienes una habilidad?

El hombre sonrió pícaramente mientras giraba la cabeza de nuevo con la vista a la carretera.

- Sí, tengo una habilidad. Bastante... agradable, por cierto, si la víctima es adecuada- comentó, adoptando un tono de misterio aparentemente seductor. - Si te portas bien quizás te lo explique, hemos llegado.

Con un giro del volante, entraron en un garaje que no tenía puertas, como una especie de parking para unos 5 coches. En su interior, había otros dos coches.

- Aún falta gente por llegar...- murmuró Ricardo, mientras apagaba el motor y salía del vehículo, colocándose junto a la puerta de la chica, y abriéndola como en una de esas antiguas películas románticas.

- Señorita...

Continuamos aquí: https://heroes-rol.foroes.org/estados-unidos-f29/en-algun-lugar-de-los-ngeles-t695.htm